viernes, 14 de marzo de 2014

Carta a mi padre

Hoy cumple 70 años el hombre al que más amo, he amado y amaré en mi vida. Mi Padre. Alguien increíble, bueno, trabajador, honesto, valiente, humano, fiel... gran Padre, gran Amigo, gran Abuelo, gran Pareja, gran Hombre, gran Señor...

Alguien a quien sobre cualquier sentimiento que pueda inspirarme, admiro y respeto por su identidad, por su integridad y por su categoría humana.

Recuerdo que un día, hace muchos años, me enfadé con mi yaya Lola, una discusión sin importancia como todas las que teníamos. Aquello no me habría marcado si no fuera porque mi padre se puso de su lado, la apoyó y me recriminó mi comportamiento. Cuando yo, dolida por ello puesto que como siempre y en mi línea estaba convencida de que yo tenía la razón, le reproché su actitud, mi padre me dijo algo que no olvidaré jamás, que venía a ser más o menos estas palabras: “tú y tus hermanos nos teneis a tu madre y a mí para cualquier cosa que podais necesitar, material o inmaterial, tendeis la mano y nosotros os la cogemos y así será siempre. Yo todavía puedo extender mi mano y cogerme a la de mi madre, pero es la única que me queda, algún día me faltará y no tendré a quien asirme (decía el Pepe extendiendo su manota hacia el cielo y cogiendo el aire, parece que le estoy viendo) y por eso la defiendo, porque ella es mi apoyo.

Ahora lo entiendo…

Gracias papá por brindarme siempre una mano a la que asirme, por haberme enseñado a ponerme en pie, a dar mis primeros pasos, a caminar,  a correr, a avanzar en el camino de la vida siempre sin soltarme de la mano, siempre ofreciéndome tu ayuda y tu apoyo absolutamente para todo, estuvieras o no estuvieras de acuerdo con lo que hacía o pretendía hacer. Gracias por enseñarme a ser valiente y a no temer lo que vendrá, a tomarme la vida con humor, sin faltar nunca  una broma, una carcajada que ayude a ahuyentar demonios y a hacer más fáciles los malos momentos.

Gracias papá  por permitirme compartir todos estos años tu pedazo de corazón, tu humor, tu genialidad, tu ironía, tu alegría de vivir.

En resumen, gracias papá por enseñarme a ser Persona.

Y ya sólo me queda felicitarte, papá, así que muchas felicidades! Espero que éste sea sólo el primero de los 30 años que aún nos quedan por compartir. Te quiero!!!

Cristina

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